El justo aborrece la palabra de mentira; mas el impío se hace odioso e infame. La justicia guarda al de perfecto camino; mas la impiedad trastornará al pecador. (Proverbio 13:5-6)

Uno de los tantos atributos de Dios, es la justicia, y es un deseo vehemente en su corazón, que nosotros sus hijos, busquemos siempre no sólo la justicia en sí, sino el hecho de que practiquemos esa justicia, que le imitemos a Él. La justicia tiene su origen en la verdad, una persona no puede ser justa si es mentirosa, eso sería ilógico. De ahí que una persona impía -sin Cristo en el corazón-, tiene tanta facilidad para mentir, y para la mayoría de personas es una personas odiosa e infame, incluso hasta para los mismos que son como él, muchos tienen el pensamiento de que: “quien peca, reza y empata”, queriendo decir que simplemente puede hacer lo que quiera, con tal de que rece todo está bien; pero eso no es lo que dice la Palabra de Dios; es necesario el arrepentimiento sincero, ahí estaremos en la verdad y en búsqueda de la justicia divina.

Hoy la reflexión nos hace meditar en la importancia de adquirir como nuestro estilo de vida, la justicia, no es fácil para nosotros los seres humanos que lidiamos a diario con una carne que tiende al pecado, pero podemos acudir al Señorío de Cristo en nuestra vida y pedir al Espíritu Santo que tome el control de nuestras emociones, sentimientos, pensamientos y actuaciones, en nuestro diario vivir, y entonces, fluirá libremente en nosotros la justicia divina, la cual, lógicamente nos mantendrá alertas para no decir mentiras, y no dejarnos llevar por nuestro parecer, sino siempre hacer todo conforme la voluntad de Dios; esa es la gran diferencia. Haz de éste, tu propósito permanente en este nuevo año y será un comienzo extraordinario. Bendiciones

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