Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. (Salmos 46:10-11)

Justo este Salmo lo escribía David en el transcurso de una de tantas batallas que tuvo que enfrentar al frente de su ejército de valientes. La valentía de este hombre la podemos percibir en cada salmo que escribió, en la forma como quedó plasmada en la biblia su vida y acciones; quizás precisamente la valentía no sea un atributo que esté en todas las personas, o quizás se adquiere por la experiencia, otros podrán pensar que se hereda, o se aprende en el hogar; podemos concluir que todas estas afirmaciones son verdad, porque si bien es cierto por lo regular la valentía es el resultado de tener que enfrentar crisis o dificultades diversas, también puede ser el resultado del ejemplo recibido en el hogar. Como quiera que sea, David es uno de los que figuran en el cuadro de valientes que nos reseña la Biblia.

Y es este hombre que escribe por inspiración divina estas palabras, y uno puede concluir que si hay algo bien difícil de lograr es, tener quietud, cuando hay dificultades, o cuando se enfrentan problemas de diversa índole, por eso, te invito a reflexionar en estos versículos , que nos invitan a esperar en Dios, no importa la dificultad, y aunque no quiere decir que nos quedemos sin actuar, el contexto nos lleva a comprender que se trata de aprender a confiar en Dios precisamente cuando la situación es muy complicada, depositando nuestra confianza en el Señor, lo nuestro además de orar, es pedirle nos de sabiduría y que podamos actuar acorde con su voluntad; es diferente de querer hacer las cosas a nuestra manera.

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